De todos los locales de pública concurrencia que se pueden abrir, los destinados al ocio musical son los que más quejas por ruido reciben, no obstante también es frecuente en restaurantes muy concurridos, ciertas congregaciones religiosas, por ejemplo. Con el fin de evitar problemas legales y cumplir con la normativa es fundamental aislar acústicamente discotecas, salas de conciertos y espacios similares. Veamos por qué y cómo hacerlo de forma eficiente.
Antes de empezar con la insonorización es importante recalcar que no es o mismo que la adecuación de la acústica de un local o sala, lo que se conoce como acondicionamiento acústico. Esto es, evitar que el sonido desde el interior rebote en los límites de la estancia y genere malestar a los presentes, algo así como un restaurante ruidoso donde una multitud de conversaciones se entremezclan y generan malestar entre los asistentes por exceso de ruido. El acondicionamiento consistiría precisamente en absorber las ondas sonoras para reducir este efecto.
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¿Por qué es necesario aislar acústicamente un local?
Cuando se plantea un proyecto para abrir un restaurante, una sala de fiestas o una discoteca, es fundamental analizar una serie de actuaciones para obtener los permisos pertinentes. Una de las más importantes es la correcta adecuación del espacio para cumplir con los niveles de ruido que establece la normativa y no molestar a los vecinos, así como otras acciones que garanticen la convivencia entre los vecinos y los responsables de un negocio.
El aislamiento acústico adecuado no solo es una obligación legal. También es un modo de garantizar el bienestar de los clientes. Una acústica adecuada convertirán cualquier espacio en un local donde se pueda disfrutar de mantener una conversación o escuchar música, bien sea en directo o grabada.
Qué materiales utilizar
Hoy existen numerosos tipos de materiales para aislar acústicamente una sala de fiestas o una discoteca. Depende en buena medida de qué materiales se usaron en la construcción, el tamaño del local o las estancias que se tienen que aislar.
A menudo se emplean paneles de fibra fonoabsorbentes, que impiden que el ruido generado en el interior del local salga al exterior, y también que las vibraciones se noten. El material del que están fabricados puede ser diferente, lo cual afecta tanto a la eficiencia como al precio de estos. Las fibras de algodón o de vidrio son habituales, y tienen la ventaja de contar con un amplio surtido de colores, con lo que se pueden usar como decoración. También existen otras opciones como la lana de roca o planchas de cartón-yeso para hacer cámaras de aislamiento.
También hay una normativa respecto a los materiales que se pueden usar para hacer aislamiento. Siempre es necesario que se trate de material ignífugo, para que en caso de incendio no contribuya a aumentar el avance del fuego, sino todo lo contrario.
Cómo determinar el mejor modo de aislar acústicamente
Para identificar las necesidades específicas de un local en materia de acústica, se realiza un mapa de ruido, donde se toman medidas en diferentes puntos del interior y el exterior. Con estas medidas se puede tener una idea más concreta de dónde hace falta reforzar el aislamiento, y en función de la construcción, qué y cuánta cantidad de material se necesita.
Si además de insonorizar de cara al exterior se quiere hacer una división de zonas, como reservados más tranquilos en los que charlar mientras en otro espacio suena la música, o salas con distintos ambientes, también se necesitará evaluar cómo hacer las divisiones.
Además de las medidas que arroje el mapa de ruido, el tamaño de una sala puede determinar la cantidad de aislamiento que se necesita. Una fórmula sencilla es tomar la cantidad de metros cúbicos que tiene una estancia (alto – ancho – fondo) y calcular el 3 por ciento del total. Esta es una medida estándar que se suele usar para calcular el aislamiento necesario.
Es decir, que si queremos aislar acústicamente una sala de fiestas con 300 metros cúbicos, nos hará falta instalar 9 metros cuadrados de paneles aislantes en paredes y/o techo. Para determinar dónde es mejor colocarlos, nos valdremos de los mapas de ruido e iremos probando la eficacia del aislamiento hasta dar con la mejor opción.
Cada caso es único
En algunos casos la colocación de paneles será suficiente para obtener el aislamiento adecuado, además de conseguir un efecto decorativo que contribuya al confort de quienes entran. En otros puede que se decida reforzar el nivel de aislamiento creando cámaras, o rellenando aquellas que ya hay según los planos con materiales que eviten que el ruido llegue al exterior. O que si llega, se cumplan los niveles marcados por la normativa existente.
Incluso en locales de características similares, en una misma zona, puede que se necesite más o menos aislamiento. Por eso cada caso se debe analizar de forma independiente y no conformarse con usar las medidas que han puesto en marcha las salas cercanas, si las hubiera.
La mejor opción es ponerse en manos profesionales y evaluar el mejor modo de aislar el local y conformarlo a las normas actuales. Y en la medida de lo posible, también a las futuras.
Normativa de aislamiento acústico en España
Lo cierto es que no hay una normativa unificada en todo el territorio nacional. En lugar de esto, se concede a los ayuntamientos y comunidades autónomas la potestad de regular el ruido en la zona sobre la que gobiernan. Por ello, lo primero que se debe hacer es comprobar cuáles son las ordenanzas que pueden indicar cómo se tiene que aislar acústicamente el local.
No obstante, sí que hay unos límites concretos en cuanto a la insonorización de establecimientos y viviendas. Por ejemplo, en qué zona es encuentra ubicado el local. Dependiendo de si se trata de un área cercana a un hospital o centro de salud, un espacio comercial o un residencial, la cantidad de decibelios que se pueden tolerar es diferente.
Por ejemplo, si la sala de fiestas se encuentra en el área de influencia de un centro de salud, la media no podrá superar los 50 decibelios en horas normales. Durante las horas de descanso (normalmente entre las 22 y las 8) puede reducirse hasta los 30. En núcleos residenciales la media puede oscilar entre los 60 durante el día y los 40 al llegar la noche.
Otros espacios, como los polígonos industriales, el ruido tolerable se suele fijar en los 70 u 80 decibelios. Aunque como decimos, estos niveles son medios y tanto los horarios como el máximo aceptable se regula según considere la autoridad competente.
En cualquier caso, con el fin de garantizar que se ajusta a normativa, lo mejor es conseguir el máximo aislamiento posible. De este modo se podrá adaptar a cualquier regulación, incluso cuando esta se haga más restrictiva, lo cual puede ocurrir en cualquier momento.
También es importante remarcar que los tipos de ruido son fundamentales para saber que legislación consultar. Los ruidos vecinales, como obras domésticas o instrumento musical del vecino requiere la consulta de las ordenanzas de tu municipio y/o la legislación autonómica. Los ruidos de actividades y ocio, que son los que nos atañen en este artículo, dependen de la ley estatal, autonómica y municipal. Los ruidos con origen militar o laboral tienen su propio reglamento.
LEGISLACIÓN ESTATAL
La legislación l ruido doméstico (por ejemplo, comportamientos vecinales, ruido de mascotas, funcionamiento de electrodomésticos), el de obras, ciclomotores, coches-discoteca, recogida de basuras, fiestas patronales, exterior de zonas de ocio… quedaría fuera del alcance de la ley estatal.
LEGISLACIÓN COMUNITARIA
ORDENANZAS MUNICIPALES
Otros Países Latinoamericanos
Normativa de aislamiento acústico en México
Normativa de aislamiento acústico en Buenos Aires (Argentina)
Normativa de aislamiento acústico en Colombia
Normativa de aislamiento acústico en Chile